martes, 4 de abril de 2006

En el Club Contresco


Dorian y Giulietta se acercaron hasta el local a pie, ella agarrada del brazo de su ghoul, iban paseando como una pareja. Al llegar al lugar en cuestión la lasombra soltó al humano, entró seguido de este y se acerco a uno de los empleados del local.

- Buenas noches, mi nombre es Giulietta Strozzi, creo que me estaban esperando...

El empleado, que parecía tener un aire joven, miró a la mujer de improviso. Le habían avisado de la llegada de otro gerente que se disponía a hacer cargo del lugar, aunque no le habían contado los detalles.

- Pase por aquí, por favor

Les condujo hacia un lugar más tranquilo, invitándola a que se sentara mientras llamó a otro hombre. Este parecía tener un aspecto más etiquetado, como si espera a alguien.

- Ah, buenas noches señora Strozzi. Veo os han enviado la propuesta, ya que habéis acudido. Permítame...

Hizo ademán de que el joven cogiera la chaqueta de Dorian.

- ¿Quieren tomar algo?

Giulietta tomo asiento y Dorian, tras dar su chaqueta al joven permaneció en pie junto a la puerta, como de costumbre.

- No, gracias. - La contestación de la cainita ante el ofrecimiento de bebida.

- Buenas noches, la propuesta es lo que me ha traído aquí, eso es evidente, aunque he de reconocer que ha cogido por sorpresa, así que agradecería que me pusiera al día.

El hombre pareció suspirar, como si se hubieran quejado del comportamiento de un niño. Miró a la cainita y a Dorian por unos instantes con una expresión seria. Su acento era algo italiano, aunque parecía haber adaptado muy bien su castellano al local.

- No es nada novedoso el hecho, teniendo en cuenta como es el señor Contresco. Tenemos muchos locales similares a este, los cuales son abandonados cada cierto tiempo para luego establecerse en otro sitio. Aunque esta ha sido la estancia más corta que he podido presenciar.

Tomó un sorbo de un vaso de agua y prosiguió ligeramente melancólico.

- Normalmente el señor Contresco suele dejar los locales a cargo de un grupo de accionistas interesados, o simplemente lo cierra. Sin embargo, nos ha comunicado su interés por relevarlo a usted, señora Strozzi... está todo en regla, solamente tendría que firmar y todo lo que ve, es suyo.

Giulietta tomo en sus manos el contrato a firmar, odiaba todo aquel tipo de cosas, así que, como de costumbre la lasombra tendió el documento a Dorian, este lo leyó con detenimiento y se lo devolvió a su señora mientras asentía con la cabeza, Giulietta firmo.

- Bien, en cuanto a los empleados del local, ¿seguirán al señor Contresco? - preguntó curiosa la cainita.

- Supuestamente, permanecerían trabajando en el local, sea quien sea el gerente.

Giulietta sonrió satisfecha, así no tendría que dedicarse a buscar nuevo personal.

- Espero que todo el personal que hasta la fecha ha trabajado aquí permanezca bajo realizando el mismo trabajo bajo mi gerencia.

El hombre pareció por un momento estar más aliviado. La situación en la que se habia visto sometido le habían puesto los nervios de punta.

- Felicidades, Sra. Strozzi, acaba de adquirir el Club por libre traspaso. ¿Desea hacer algún cambio antes de que terminemos esta conversación?

La frase parecía ser casi un mero automatismo, como si estuviera ya acostumbrado a dar este tipo de monólogo de absurdo protocolo.

- No, creo que eso es todo, aunque es posible que dentro de no mucho lleve a cabo algunas reformas en el local, pero por el momento prefiero que todo continúe como hasta ahora.

Giulietta se puso en pie y extendió su mano al hombre que tenía en frente en señal de despedida.

Las transacciones habían sido realizadas, todo estaba listo, y ahora Giulietta era la nueva dueña del Club Contresco.

El local era grande y estaba muy bien situado, aunque los juegos de azar y los casinos nunca habían llamado la atención de la lasombra, así que decidió cerrar el local temporalmente para llevar a cabo reformas en su interior.


En la puerta del local ya cerrado reza el siguiente cartel:

CERRADO POR REFORMAS,
NUEVA GERENCIA,
EN BREVE INAUGURACIÓN "PLENILUNIO"